BOSQUE DE SILENCIOS

En Bosque de Silencios, el artista nos sumerge en una escena nocturna donde las formas arbóreas emergen desde una textura densa y casi visceral. La obra, de poderosa carga matérica, se construye a través de capas superpuestas de pigmento que evocan no sólo la densidad física del bosque, sino también la carga emocional de lo oculto y lo no dicho. Los árboles —o figuras que lo parecen— parecen espectros atrapados entre lo orgánico y lo fantasmal, como si fueran testigos silentes de una historia ancestral.

La paleta cromática, dominada por negros, blancos y sutiles destellos de color, acentúa la tensión entre luz y sombra, entre presencia y ausencia. Es una pintura que no se mira: se escucha, se intuye, se siente. Cada trazo parece el eco de un susurro, de una memoria lejana. El resultado es una atmósfera cargada de misterio, melancolía y profundidad, que convierte al espectador en un explorador emocional del bosque interior.
Técnica mixta sobre lienzo de 100x100cm